CASI TODO EL MUNDO SE HA QUEJADO EN ALGUNA OCASIÓN DEL MAL COMPORTAMIENTO DE SUS MASCOTAS. LOS ADIESTRADORES TENEMOS TRABAJO, ENTRE OTRAS COSAS, PORQUE ALGUNOS PERROS «SE PORTAN MAL».
¿QUÉ ENTENDEMOS POR «PORTARSE MAL»?
Dentro de este contexto podríamos definir «mal comportamiento» como aquellas conductas del perro que pudieran resultar incómodas para sus dueños o inadecuadas según las normas de la sociedad humana.
– Algunas de estas conductas para nosotros inadecuadas pueden responder a comportamientos instintivos, «normales» a ojos de nuestro perro. Aquí incluiríamos, por ejemplo, al cachorro que juega a perseguirnos los pies para morder nuestros calcetines y al perro que dentro de casa ladra hacia la puerta de la calle cuando escucha algún ruido desconocido proveniente de la escalera. La Etología nos ayuda a comprender el por qué del comportamiento de los animales.
– Hay malos comportamientos del perro que tienen su origen en un mal aprendizaje… motivado por una mala labor por parte de sus guías. En este apartado podríamos citar al perro al que desde cachorro sus dueños apenas sacan a la calle y acaba fijando la conducta de hacer sus necesidades dentro de casa, y al perro que saluda efusivamente lanzándose encima de las personas por haberle sido confirmada repetidamente esa conducta.
– En ocasiones un mal comportamiento puede tener una causa fisiológica, que deberá ser diagnosticada por un veterinario. Aquí incluiríamos, entre otros, casos de incontinencia urinaria por infección de orina y episodios de agresividad compulsiva provocada por hidrocefalia.
¿CÓMO PREVENIR EL MAL COMPORTAMIENTO?
No existen fórmulas mágicas, pero sí algunas nociones básicas que nos ayudarán a tener un perro equilibrado:
– Entender a nuestro perro como perro, sin humanizarle. Muchos de los problemas de comportamiento de los perros parten de una deficiente comunicación con sus dueños, que se empeñan en tratarlos como «niños pequeños con pelo que ladran».
– Proporcionar a nuestro perro diariamente el suficiente ejercicio físico y mental.
– Construir una relación con nuestras mascotas basada en el respeto y la devoción mutua. El respeto de un perro en ningún caso se gana desde la violencia o el miedo.
– Ser firmes al establecer límites y normas de convivencia, así como coherentes a la hora de hacerlos respetar.
– Ser conscientes que nuestros perros no vienen «aprendidos de serie». Antes de exigir, hay que enseñar.
– Esforzarnos cada día por ser los guías que nuestros perros merecen.
¿CÓMO CORREGIR EL MAL COMPORTAMIENTO?
Aquí tampoco existen fórmulas mágicas.
Cada caso concreto deberá ser evaluado de manera individual.
Nuestro equipo estará encantado de estudiar tu caso e informarte sin compromiso.
El equipo de DOS adiestramiento.